La nueva legislatura del Congreso de la República de Colombia enfrenta desafíos significativos debido a las elecciones territoriales y las numerosas reformas a la Constitución de 1991. En sus 32 años de existencia, la Constitución ha sido modificada en 53 ocasiones y se han declarado inconstitucionales 5 reformas. Según el Informe de Seguimiento Legislativo 2022 - 2023 de la Misión de Observación Electoral (MOE), en la legislatura anterior se presentaron 32 proyectos de acto legislativo.
Entre las reformas más significativas se encuentra el reconocimiento del campesinado como sujeto de especial protección constitucional, el establecimiento de la jurisdicción agraria y la ampliación del segundo periodo de sesiones ordinarias del Congreso. Estas modificaciones reflejan la evolución de la sociedad colombiana y la necesidad de adaptar la Constitución a la realidad del país, especialmente ante la persistente violencia y los problemas de exclusión social.
No obstante, algunas personas consideran que estas constantes reformas ponen en peligro la naturaleza fundamenta de la Constitución y afectan la seguridad jurídica. Argumentan que es necesario indagar a fondo las causas de los problemas sociales y promover una voluntad política efectiva, en lugar de depender únicamente de reformas constitucionales y leyes.
En este sentido, es relevante recordar las palabras del filósofo alemán Ferdinand Lassalle, quien afirmaba que una Constitución no es simplemente un documento escrito, sino la expresión de los factores reales de poder en un país. En Colombia, existe una tendencia a sobrerregular la sociedad con leyes y normas justificadas de diversas maneras, lo cual refleja la complejidad y las tensiones sociales existentes. Para abordar este problema, se sugiere que el Congreso de la República se autorregule, al igual que el Poder Ejecutivo, y que se promueva el cumplimiento de las leyes existentes antes de promover nuevas legislaciones.
En la próxima legislatura, se espera que continúen las iniciativas legislativas y los proyectos de reforma constitucional. Sin embargo, es fundamental que estas propuestas sean serias y estudiadas, y estén orientadas a mejorar las condiciones de vida de las personas, fortalecer las instituciones, promover la paz y superar la desigualdad. Además, es importante mantener la progresividad de los derechos y libertades para asegurar un mejor futuro para todos.
A pesar de los avances en materia de paz y acceso a la tierra, los escándalos y la polarización política opacan estos logros. Por lo tanto, será la cultura colectiva y la conciencia social del pueblo colombiano las que marquen el rumbo del país y determinen el éxito de la legislatura. La reforma constitucional y la acción del Estado son solo herramientas para abordar los problemas sociales, pero se requiere una voluntad política decidida y un enfoque integral para lograr un cambio real.
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