En dos semanas, los colombianos se enfrentarán a unas elecciones regionales que serán determinantes para el futuro del país. En medio del clima de polarización política y violencia, hay temores de que la izquierda internacional se fortalezca o de que se manipule el resultado para favorecer el comunismo radical.
El gobierno actual ha sido acusado de intentar cambiar el pensamiento de los colombianos mediante discursos populistas, beneficios para los delincuentes y campañas mediáticas de desprestigio hacia ciertos candidatos. Además, se ha documentado la presencia desafiante de organizaciones delictivas en varios departamentos y decisiones jurídicas que generan desconfianza en la oposición.
La situación de seguridad en el país también es motivo de preocupación. Los delincuentes parecen ganar terreno y las masacres se suceden, mientras el gobierno central parece no tomar medidas efectivas. La promesa de “paz total” se ve cada vez más lejana.
Estos factores han generado dudas sobre la transparencia de las próximas elecciones. Se teme que la violencia, las armas y los métodos empleados por la izquierda influyan en el voto hacia el comunismo. Incluso se han suscitado sospechas sobre la financiación y el ingreso de dinero ilegal en la última elección presidencial.
Además, los votantes analizan con expectativa los logros y las promesas incumplidas por parte del gobierno actual. El incremento del odio de clases, los intentos de acabar con la clase media y la falta de resultados positivos han generado decepción en aquellos que confiaron en la alianza política que llevó al poder al socialismo/progresismo.
Es momento de despertar el sentido de pertenencia y la responsabilidad en todos los colombianos. No podemos cometer los mismos errores que nos llevaron a esta situación. El futuro del país depende de nuestra participación y de ejercer nuestro derecho al voto.
Estamos en una encrucijada y el panorama es incierto. Solo la cordura, seriedad y compromiso de los votantes podrán evitar una posible debacle. Pensando en el futuro de nuestros hijos, debemos asegurarnos de que Colombia siga siendo un país grande y próspero.
El 30 de octubre, mirémonos a los ojos y digámosles a nuestros hijos que hemos hecho todo lo posible para proteger el futuro de nuestra nación. Las elecciones regionales son nuestro momento de tomar acción y fortalecer la democracia en Colombia.
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