El Índice de Precios de Consumo (IPC) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) registró una desaceleración en la inflación durante el mes de septiembre. Según el think tank de las economías avanzadas, la tasa interanual se situó en un 6,2%, frente al 6,4% del mes anterior.
La desaceleración se debe en gran medida a la disminución de la inflación de los alimentos, que lleva diez meses consecutivos de bajada. En septiembre, la inflación en este sector se situó en un 8,1%, en comparación con el 8,8% de agosto. Por otro lado, la energía mostró estabilización en su caída, con una lectura del -0,5% en septiembre, tras haberse abaratado un 1,3% en agosto.
En cuanto a la tasa subyacente, que excluye el efecto de la energía y de los alimentos, también se moderó ligeramente, pasando del 6,8% de agosto al 6,6% en septiembre.
La tasa interanual de inflación experimentó una disminución en 27 países de la OCDE entre agosto y septiembre. Sin embargo, en ocho países de la organización se observó un aumento de la inflación.
En cuanto a las mayores subidas de precios entre los países de la OCDE, destacan Turquía con un 61,5%, Hungría con un 12,2% y Colombia con un 11%. Por otro lado, las tasas más bajas de inflación se registraron en Costa Rica (-2,2%), Países Bajos (0,2%) y Dinamarca (0,9%).
En resumen, el IPC de la OCDE muestra una disminución en la inflación durante septiembre, impulsada principalmente por la desaceleración en los precios de los alimentos. Aunque la energía muestra señales de estabilización, todavía se observa una variación en la inflación en diferentes países de la OCDE.
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